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RELATO Nº34 --DE TU ALMA A LA ETERNIDAD--

RELATO: --CONQUISTAR EL UNIVERSO--




Hola de nuevo amigos. En esta oscasión les he traído un texto muy diferente. Hoy vamos a romper las normas de la gramática, vamos ha romper con los estádars y con lo rígido de la literatura. Este texto que les presento a continuación es algo fresco, breve, que está cargado de mucho significado y en el que las metáforas cobran un papel fundamental. Para los que se pregunten por el destino de Anubis, tengan paciencia, pronto tendrán noticias de él. Sin más, espero que disfruten de él tanto como yo lo he hecho escribiéndolo. Gracias por leerlo.





Conquistar el Universo



  Viajaba Victor en la guagua, vagando entre vacíos pero valeroso por convicción, el vals, el vals de los pálidos volantes vacuos, en donde la providencia, navegante caprichosa, validará sus desvalidos conocimientos, acreditará su voluntad, el vals de los pálidos volantes, invadió su mente el pavor de una vida sin rumbo, mas vencerá ante la vacilación que dichos pensamientos vapulean su voluntad, ¿no es así Victor?, se dijo en alto, vacía tu mente de esos viles y acervados pensamientos, pues tan sólo el vigilante llega a buen puerto pese a violenta tempestad, concluyó.

  Advirtió, nada más vislumbrar los escalones hacia la adversidad, que Verónica con expresión grave aguardaba, enervada, su llegada, ¿no te da vergüenza hacerme esperar?, dijo con tono agraviado, que llevo esperando cual vagabunda, a los pies de estos escalones, desde hace más de una hora, y no hay palabra ahora, que alivie ni te absuelva de esta vejación, puesto que a una dama, si se la respeta, jamás has de soliviantar, ¿me oyes?, sentenció breve pero vehemente, Verónica no vaciló y encaró a Victor, vacilante y esquivo, evasivo en sus ahuevados ojos, que no deseaban observar a la agraviada, que de un segundo a otro, lo pulverizaría, no es mi culpa, dijo atrevido, pero el transporte público es lo que tiene, y yo que soy un insolvente estudiante, no me atrevo a invertir y menos derrochar mis cuartos en un vehículo, sentenció bravo, Victor asió sus manos e imploró su vindicación de recuperar el favor de su venerada.

  Anduvo dubitativa, no por mucho tiempo, pues su amor provocaba en ella el fácil perdón, avaló sus breves palabras, lo abrazó, lo besó, activamente, y Victor supo que su agravio se había vaporizado, juntaron sus manos y sus almas cual potente adhesivo, encaminaron sus pasos hacia el aula, aliviados, ya sin conservar aversión, ante la puerta del averno cuyo destino aguardaba, ante el umbral donde validarían su voluntad de ser ingenieros, Verónica, se detuvo un instante, “Vi veri veniversum vivus vici”*, dijo provocada ante la vista que se alzaba sobre la suya, y Victor impávido por la voz activista, vivificante, con un vigor renovado, cruzó el vestíbulo, hacia su destino, hacia su ventura, valeroso del porvenir, obviando los designios de la providencia.



*Del Latín: "Por el poder de la verdad, yo, mientras viva, habré conquistado el universo."



Comentarios

  1. Muy buen relato. Está cargado de sentimiento y significado. Me gusta mucho la frase en latín y el toque con el que escribes cada relato.

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