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RELATO Nº34 --DE TU ALMA A LA ETERNIDAD--



Hola a todos, empiezo la semana fuerte, tengo el orgullo de presentarles el relato que continúa la historia de nuestros jóvenes amantes, Bahan y Alhena. He de reconocer que se me ha ido la mano esta vez, es mucho más extenso de lo habitual, de hecho, el más largo hasta ahora. También, como algo experimental, he querido añadir un tema  musical, una banda sonora, que me ha acompañado durante el proceso de creación de esta apasionante historia. Por aquí abajo les dejo el link para que puedan deleitarse con ella. Y para finalizar, como es costumbre ya, les dejo otro link donde pueden disfrutar de la primera parte de este relato, que eso sí, es mucho más breve. Como siempre, espero que disfruten tanto con su lectura t como yo escribiéndola. Gracias por leerme.


Primera parte --> AQUÍ

Para la banda sonora --> AQUÍ  (recomiendo abrirla en una ventana o pestaña aparte 😉)







De tu alma a la eternidad





La felicidad de Bahan petrificó su percepción del tiempo. Mientras permanecía en ese beso perpetuo, anclado a la idea de una idílica relación con Alhena y un final feliz, el intercomunicador del brazalete del joven ingeniero interrumpe su fantasía romántica. El breve e incómodo silencio que se produce tras separar sus labios y que sus miradas se cruzaran a tan poca distancia, hizo evidente la osadía de sus actos, puesto que ninguno de los dos se atrevió a volver a la intimidad de sus labios. El insistente pitido  del intercomunicador  salva a Bahan de estropear el momento diciendo alguna de sus  bromas clásicas y carentes de humor de los ingenieros de la Takarabune:

—Al habla Bahan.
—¿Qué? ¿Por qué no está en su puesto dos-cinco-tres-siete?
—¡Wow..wow! ¡Lo siento señor! El caso es que… es que…
—¿Qué le ocurre? Hable dos-cinco-tres-siete.
—Joder, joder, es el supervisor —susurró a Alhena, en un intento poco fructífero para que no lo oigan través de su intercomunicador.
—Dos-cinco-tres-siete, deje de comportarse como un aprendiz de primer año. Escuchamos todo cuanto dice.
—¡Joder es verdad!
—O se presenta aquí en cinco minutos, o me veré obligado a informar al director.  Ya acumula usted varias infracciones como para recomendar su degradación y vuelta a al sector de reciclaje y saneamiento.
—¡No! ¡No, por favor! Iré, Iré… Pero es que hay un problemilla.
—¿De qué se trata dos-cinco-tres-siete?
—Bueno, es que tuve que salir de mi sector por una urgencia y me va a ser imposible llegar en cinco minutos.
—¿Qué urgencia, en qué sector?
—Bueno, ese es el problema, estoy en el sector  601-C.
—Indique el motivo.
—Eeeeeh…

  La mirada de Bahan se aguó en un instante, es consciente de que se encuentra en serios problemas. Si es degradado, jamás volverá a sentir el eléctrico tacto de los labios de  Alhena, su utópico romance se desvanecerá como una gota de agua en el vacío del universo. Miró con un ruego a los ojos de su amada y la volvió a coger de las manos, el pulso le temblaba, comenzó a transpirar y el sudor brotó de cada poro de su cuerpo. Sus labios empezaron a moverse y articuló la pregunta. La pregunta que cambiaría sus vidas, las vidas de todos, la pregunta que cambiaría el destino de la Takarabune y posiblemente, el destino de la raza humana:


—Alhena, huyamos.
—¿Qué? ¿Estás loco?
—Te amo, ven conmigo, por favor. Es eso o acabar en la planta de reciclaje. No te volveré a ver. Huyamos. Juntos.
—No seas melodramático, en unos ciclos volverás a tu sector como ingeniero.
—Te equivocas, todo el que regresa a las “cloacas” lo hace para siempre. De hecho nadie   en su etapa como aprendiz que pase por allí, ha visto a un retornado, jamás. Yo creo que a todo el que degradan lo mandan a reciclaje. No hay otra explicación. ¿Me amas?
—Sí, pero…
—No puede haber peros.
—Yo no he hecho nada. A mí no me pueden hacer nada… yo…
—Alhena…¿confías en mí?
—Yo… es que…

  En el momento en el que Alhena dudaba entre la suerte de Bahan o perder su estatus de mejor cartógrafa de la generación, un holovid*  surgió frente a ellos. Se mostraba la figura del director general de operaciones rodeado de decenas de guardias y un equipo de Buscadores, la élite en fuerzas de seguridad de toda la Takarabune:

—Dos-cinco-tres-siete, ha infringido las normas de convivencia y seguridad según los artículos 36 sección 2 y 38 sección 19. Manténgase en su posición para ser trasladado a reacondicionamiento. B-uno-ocho-cinco, proceda a  retirar el brazalete a dos-cinco-tres-siete y destrúyalo. Sus próximas acciones están bajo supervisión. Cualquier acto fuera de las órdenes dadas, serán tomadas como infracciones graves de los artículos 36 y 38 e irá a reacondicionamiento junto con dos-cinco-tres-siete. ¿Lo ha entendido?
—Alhena… el reacondicionamiento quiere decir, reciclaje. El reciclaje… ya sabes.


  Bahan en un acto de fe, se retira él mismo su brazalete, no más grande que una pulsera común y se lo coloca en las manos a su amada. Alhena cerró su mano con fuerza y miró al joven e intrépido ingeniero. En sus ojos vio todo lo que su corazón ansiaba, valor, fuerza, amor… reparó en el profundo color de su iris y le pareció ver cómo se desencadenaba una supernova, las pupilas oscuras se dilataron unos segundos para luego contraerse hasta casi desaparecer, mientras decenas de hilos luminiscentes luchaban unos con otros por ocupar el fondo de su mirada. Alhena sujetó las curvas suaves del rostro de su amante y lo besó.

—¿Cuál es el plan?
—Deja que vuelva a ponerme esto. Un segundo… ¡Sí! ¡Aquí está! Si vamos por los conductos subestacionarios de mantenimiento hasta las cubiertas de los transportadores de emergencia, llegaremos a los suburbios bajo los sectores  1199 y 1200-F.
—Pero Bahan , eso es justo en la zona de los reactores. ¿Qué vamos a hacer ahí?
—Vivir.
—¿Cómo que vivir?
—Hay una comunidad de parias ahí. Gente que se ha revelado y ha huido. Nadie sabe de ellos porque el sistema los ignora sistemáticamente, no se reciclan, nacen y mueren como lo hacían en la Tierra, un ciclo vital real Alhena. Podremos vivir en ella la vida que queramos.


  Alhena no tuvo más que asentir. En cuanto los dos jóvenes se cogieron de las manos, todo el recinto se quedo a oscuras, un sonido terrible de sirenas casi los deja sordos y el suelo comenzó a temblar. Las paredes se movían y la configuración de la gigantesca sala de observación comenzó a variar, surgían muros donde antes sólo había aire y el suelo se reordenaba como si decenas de gotitas de metal líquido corretearan por una superficie muy lisa. De entre algunas paredes que se movían surgieron dos escuadrones de Buscadores y sin mediar palabra, comenzaron a disparar. Los jóvenes corrieron desesperados buscando una salida, pero cada vez que llegaban a lo que parecía una, cambiaba de lugar o desaparecía delante de sus narices. Bahan, que presumía siempre de su velocidad a la hora de usar su brazalete, en medio del caos, se dejó guiar por Alhena mientras él introducía una serie de complejos datos y órdenes a través de la interfaz. En tan solo unos segundos, una de las paredes se quedó parcialmente congelada y de ella surgió una salida de emergencia. Ambos la atravesaron y dejaron atrás los disparos y el caos de la sala de observación.

Se encendieron las luces y ambos se quedaron boquiabiertos. No sabían cómo, pero estaban ahora muy lejos de sus atacantes.

—¡Pero qué…! Bahan, ¿Cómo lo has hecho?
—¿Yo?
—¡¿Quién si no?!
—Yo sólo bloqueé su señal durante unos segundos para que el sistema tuviera que reiniciar los protocolos de comunicación y así darnos tiempo para encontrar la salida. Pero no sabía que pasaría esto.
—¡¿Ah no?!
—¡No!
—¿Qué pensabas que iba a pasar?
—Pues no lo sé, que se apagarían las luces, que pararía toda aquella locura de paredes y suelos voladores unos instantes, abrir la salida de emergencia…bueno eso sí pasó. Lo lógico sería estar en la plaza central cerca de los transportadores del sector 601-C, no esto.
—Eso no me tranquiliza Bahan, tú eres el ingeniero, deberías de saber lo que haces.
—Bueno, al menos nos hemos quitado de encima a los Buscadores, ¿no?
—¿De verdad? ¿Eso es lo único que tienes que decir?  Bahan, por todas las cartas de navegación, estamos en el sector 399-A, justo al lado del puente del director general,¿sabes lo que significa eso?
—¿Que la he cagado mucho?
—No sólo eso, hemos recorrido cientos de metros en unos segundos, eso es imposible, el teletransporte no es posible, eso era una quimera de la física terrestre.
—Bueno, igual no ha sido teletransporte. Ha sido un… atajo, eso es, desconocido hasta ahora y que conecta las dos cubiertas.
—Mejor no…¡Cuidado!


  En la pared que tenían a su izquierda se formó una puerta gigantesca de la que brotaron como si de una fuente se tratara, dos docenas de Buscadores junto con cuatro escuadras de drones de apoyo. Los jóvenes huyeron a toda prisa sin siquiera saber a dónde ir ni dónde esconderse. Mientras, en la sala de control central el pequeño acto de rebeldía de los dos jóvenes llamaba la atención.

—¿Has visto eso?
—Sí, sí, me pregunto cómo lo habrá hecho desde un terminal remoto como su brazalete. ¿Están bien todos los sistemas?
—Sí, durante dos segundos, hubo un pequeño desajuste de la señal, algo insignificante, pero durante ese tiempo que manipularon la señal  se ejecutó un comando raíz maestro.
—Eso es imposible.
—Querrás  decir improbable.
—¿Tú crees que ellos…  podrían?
—¿Estas de coña? Si eso pasase, tú y yo perderíamos este trabajo. Así que ni se te ocurra…
—Hay que analizar esos datos y comprobar si hay brechas de seguridad. Tenemos que averiguar cómo demonios ha hecho eso antes de que esto se desmadre. No podemos perderlos. ¿Me oyes?
—Sí.
—Bajo ningún concepto.
—¡Que sí coño!

 
  Mientras en la sala de control se tomaban medidas de contención para atrapar a los dos fugados, estos se encontraban en un corredor entre dos plataformas, intentando despistar a los Buscadores. Bahan usaba cada segundo del que disponía para averiguar cómo habían saltado entre sectores por arte de magia. Algo raro ocurría y estaba dispuesto a aprovecharlo si era en su beneficio. Después de atravesar algunas zonas poco transitadas se adentraron en las zonas de mantenimiento y parecía que los despistaron por el momento. Bahan se puso a trabajar como loco en el terminal de su brazalete, había multitud de pantallas flotando a su alrededor, mientras, Alhena examinó los mapas sector a sector, intentando trazar la ruta más segura hasta un transportador que los llevara hacia la libertad. El joven ingeniero advirtió que en la interfaz holográfica había una especie de ruido de fondo, como una señal que subyacía tras las pantallas flotantes que brotaban de su brazalete. Era algo molesto, no en el sentido físico, era una especie de punzada en su cerebro, como una mosca que zumbaba alrededor de él, sin que pudiera verla, o percibirla de alguna manera por sus sentidos, salvo por su instinto. Era un sensación cada vez más tangible dentro del mundo que le rodeaba y le resultaba imposible explicar, aunque sea para sí mismo, lo que estaba pasando.

  La tranquilidad sólo les duró poco más de una hora. Antes de que pudieran trazar una ruta o averiguar algo sobre lo sucedido, ya tenían otra horda de Buscadores pisándoles los talones. Tras una larga persecución los jóvenes amantes acabaron en medio de una pasarela entre dos torres de comunicación a tanta altura, que no se distinguía el sector inferior. A ambos lados de la pasarela los escuadrones de Buscadores les cerraban el paso y a Bahan no le quedó más remedio que volver a teclear en su brazalete todas las líneas de comandos que anteriormente les llevó al sector 399-A. Pero esta vez, añadió un aumento de la señal. Según sus cálculos, esta vez les daría algo más de un par de segundos y podría recopilar datos acerca de las consecuencias de su “pirateo”.

—¿Preparada?
—¿Estás seguro de esto?
—No, pero tengo un presentimiento. Si vuelvo a interferir su señal y entramos en ese portal de nuevo… lo descubriremos.
—¿El qué?
—La verdad. Hay algo…que no se explicar, pero está ahí, es como si no encajaran las piezas, ¿sabes?
—¿¡Quéeeee!? ¿No me digas que he jodido mi vida por un ingeniero que se le ha ido la cabeza?
—Jamás he tenido las cosas tan claras. —Se acercó a pocos centímetros de su amada y la abrazó, le susurró al oído todo cuanto su corazón ansiaba por decirle mientras mecía su larga melena rojiza con la mano—. Pero tienes     que confiar en mí.
—¿Qué pasará ahora Bahan? Tengo miedo.
—Pase lo que pase al cruzar ese portal, estaremos juntos, aunque aparezcas al otro lado de la galaxia, te encontraré, lo juro.
—Bahan…
—Tú sólo mírame.

  Alhena miró a los ojos de Bahan y volvió a encontrarse perdida en la inmensidad de su amor, cubierta por una oscura materia que lo envolvía todo y de la que, por alguna razón, le era imposible escapar. Por más que escudriñara por la infinita profundidad de sus ojos, por más que se empeñara en encontrar una razón lógica para decir basta, por más que buscara un indicio de que Bahan no era el hombre que amaba, no vio más que   el que la conduciría hacia la libertad. Tras aquella conversación silenciosa, no hubo más duda, ni reproches, los dos se sintieron preparados. Antes de que los Buscadores los apresara, Bahan ejecutó el programa y ambos cerraron los ojos.

—¿Dónde están? ¿A dónde han ido?
—Yo que cojones sé Kurt, hace un segundo estaban ahí.
—¡¿Cómo que no lo sabes!?
—Estoy rastreando su señal, ya voy.
—Date prisa.
—Mick…
—¿Qué?
—Mick… —El asombro era tal, que sólo fue capaz de señalar hacia lo que estaba mirando.
—¡¿Qué cojones quier…!? ¡Hostia….puta!


Bahan volvió a abrir los ojos. No podía moverse, una terrible sensación de claustrofobia le abordó y quiso gritar pero de su boca no salió voz alguna. Intentó, desesperado, moverse, andar, no sabía si estaba de pie o tumbado, pero aunque lo intentaba con todas su fuerzas, no lo consiguió. Tras unos instantes en los que la desesperación comenzó a evaporarse,  se dio cuenta que se encontraba en la más absoluta soledad, no había rastro de su amada Alhena. Reparó en que frente a él había una especie de ventanilla diminuta por la que entraba una luz tenue. Poco a poco fue pasando de la desesperación a la calma y así empezó a razonar qué le pasaba. Observó que se encontraba inmóvil, en un lugar totalmente oscuro, no percibía nada material, ni si quiera era capaz de verse las manos, o los pies o cualquier parte de su cuerpo, sólo podía ver esa pequeña luz tenue por aquella ventanilla  frente a él. En ese momento la luz de la ventanilla parecía parpadear , como si alguien o algo cruzara frente a ella:

—¿¡Qué cojones está pasando aquí!? —El teniente coronel Stamos irrumpe en la sala de control sorprendiendo a los dos técnicos.
—¡Joooder! Mierda, joder…
—No lo sabemos Coronel —responde Mick, que había conseguido serenarse.
—¿Cómo que no lo saben?
—No lo sabemos, es la verdad.
—Creo que ha “despertado” Coronel. —La voz de Kurt parecía que aún temblaba.
—¿De qué demonios habla?
—Está consciente.
—¿Me esta tomando el pelo? ¿Y los programas de disciplina y control?
—Los ha saboteado o eludido.
 —¡Eso es imposible!
—Querrá decir improbable…
—¿Me está usted diciendo que esos dos cerebros medio chamuscados de ahí por arte de magia han “despertado”, y no sólo eso, han saboteado un software de millones de euros?
—Eso es… —asiente con la cabeza muy exageradamente.
—¿Se ha vuelto loco?  —mira a su compañero Mick— ¿Se ha vuelto loco?
—Señor, si nos diera tiempo para analizar los datos es posible…
—Analizar los datos, ¿para qué?  ¿Para ver el tamaño de esta cagada?
—Coronel, hay algo que tenemos que comprender y es el hecho de que haya tomado consciencia. ¿Se da cuenta de las repercusiones de esto?
—Escúchenme los dos: si piensan que voy a tirar al traste un proyecto de dos mil quinientos millones de euros porque a vosotros dos les haya entrado un repentino brote de ética, están muy equivocados. La Takarabune se desintegró cuando paso por la supernova. El equipo de rescate sólo encontró los restos de estos dos desgraciados y gracias a dios sus cerebros estaban intactos. Su trabajo es hacer que la simulación sea eficaz para resolver los problemas de la navegación y saber por qué esa nave cambió de rumbo para ir directo a la supernova. Sin esos datos todo el proyecto A.N.D.R.O.M.E.D.A. se irá al traste. Necesito… la humanidad necesita esos datos —recalca con énfasis— ¿Me han oído?
—Sí…Coronel —responden al unísono ambos técnicos.
—Bien, porque me importa una mierda si esos dos de ahí están vivos o “despiertos” o quieren unos putos margaritas, si hace falta reinicien todo, desde el principio, me da igual, quiero resultados caballeros.
—De acuerdo —Mick vuelve al panel de control y  hace una señal a su compañero Kurt                   — vamos a reiniciar, desde el principio.
—¿Estás de coña? Llevamos casi un año, joder nos faltaba poco…
—Ya lo has oido, reiniciamos.
—Vale —responde resignado — y ya van diez veces.

Bahan se despertó un poco aturdido, tenía la boca seca como el esparto y sentía como si le hubieran dado una paliza. Era un día muy importante para él, puesto que iba a empezar en la academia para convertirse en ingeniero de reparaciones en la primera nave interestelar Takarabune. De camino a las clases, se tropezó con alguien, era una joven hermosa, la más bella que jamás había visto en su vida:

—Lo…lo siento, yo…¡vaya!
—¿Qué pasa?
—Eres realmente hermosa.
—Eso se lo dirás a todas.
—Para nada, veo que llevas un uniforme de la academia de cartógrafos.
—Sí, empiezo hoy.
—Igual que yo, ¡qué casualidad! Me llamo Bahan, número de registro dos-cinco-tres-siete.
—Yo soy Alhena, número de registro B-uno-ocho-cinco…





*Holovid: transmisión o grabación de vídeo en tiempo real  mediante un holograma tridimensional.

Comentarios

  1. Waw, me ha encantado tu relato. Es emocionante y el diseño del mundo futurista en donde se mueven los personajes muy interesante. Genial relato. Ánimo y éxito.

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  2. Me atrapó desde el principio la ciencia ficción es mi tema favorito y el final sorprendente . Me encantó

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    1. Muchas gracias por comentar. Me alegro que te haya encantado 😁

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    2. Cada vez que el sentimiento manda, tus palabras suelen ser mejores.
      Magnífica versificación donde todo se conjura, en pos del mensaje que tu corazón te dicta.
      Enhorabuena, poeta.

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  3. Si que empiezas fuerte! Que buena continuacion! Muy emocionante. Y lo de la música, muy original. Le da un toque al relato. El final es brillante! Sigue así

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    1. Sabes que me gusta experimentar, igual hago algún otro con BSO. Te agradezco en el alma que sigas cada publicación ahí.

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  4. Muy bueno, te atrapa de principio a fin.

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  5. Me encanta!! Es un relato muy emocionante y entretenido! Siempre sorprendiéndonos con los giros de la historia...estoy impaciente por leer la continuación. Muchas felicidades!

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    1. ¡Muchas gracias! No voy a decir que no me ha costado lo suyo hilvanar una historia de este calibre. Lo de la continuación... bueno, igual no hay más de nuestros amigos Bahan y Alhena. Un abrazo!

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  6. ¡Vaya giro! Ya olía algo raro, ¡pero no tanto! Coincido con Alice, the show must go on!

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