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Hola a todos, como prometí les traigo el desenlace de la cruenta historia de Cliff. He decidido subir un poco antes de tiempo debido a la "presión" que estoy recibiendo en casa y en mi entorno en general, ¡pues aquí lo teneis! 😉 Ahora, sólo les pido que comente, que me pongan un like si les gustó y que disfruten, sobre todo de él. El mundo donde Cliff y su hijo vagan,  el sol ha dejado de brillar, unos entes que sólo habitan en la más profunda oscuridad, ávidos de alimentarse con la fuerza vital de sus víctimas. Por si alguno se haya despistado, dejaré un enlace a la primera parte. Como siempre, espero que disfruten de su lectura, tanto como yo disfruto enscribiéndola. Gracias por leerme.


       Primera parte --> AQUÍ






Ocho Minutos
PARTE II




El sonido de un disparo retumbó en la cabeza de Sonya. Sólo se había recostado un poco para relajar las piernas, después del duro día de recolección que llevaba y se quedó dormida. Saltó del rincón en le que se había acurrucado, corrió hacia la puerta y la comprobó dos veces. En el pequeño cuarto de motores, en la azotea, era el único sitio donde se sentía a salvo. Le llevó unas cuantas semanas bloquear por completo el hueco del ascensor y algo más de tiempo dejarlo todo a su gusto. Para acceder a la calle usaba las escaleras, aunque el camino era largo, debía atravesar una serie de pasillos y tiendas a lo largo de todo el centro comercial, hasta llegar a una pequeña puerta que daba a un callejón.

Iba vestida con diferentes partes de equipamiento deportivo a modo de armadura. Su escopeta del 12, era su favorita, con munición  que ella misma fabricaba; una especie de posta de plástico endurecido rellena de combustible. Esas cosas no soportan la luz y mucho menos el fuego, así que de un disparo acaba con varias de ellas. Cuando por fin llegó a la puerta, se quedó unos instantes en silencio. Desde el otro lado se oyeron unos gritos ahogados, parecía que alguien se tapara la boca para gritar y evitar llamar la atención. Un poco más lejos un crepitar sordo, como si todo el callejón hasta la avenida principal estuviera infestada de esas cosas. Sonya abrió la puerta con rapidez y vio a alguien luchando por su vida con una desesperación casi irracional, junto a un cuerpo inerte en el suelo; ambos estaban rodeados de bengalas, aún así, esos seres atacaban con una violencia que nunca antes había visto.

Sony disparó a la oscuridad, donde creyó ver a las criaturas, encendió un coctel molotov e hizo señas para que el superviviente la viera:

—¡Eh tú! ¡Corre si quieres vivir!

Lanzó casi a sus pies el coctel molotov en cuanto vio pasar al superviviente y cerró la puerta. Él cayó al suelo de bruces entre gritos de desolación. Sonya aseguró la puerta con un carro lleno de ladrillos que tenía previsto para eso. Ella se giró con rapidez hacia la persona que estaba a su espalda, lo estudió unos segundos mientras recargaba su escopeta. Tenía delante a un chico, no sabía muy bien la edad, lleva muchas capas de ropa encima, pero por lo holgada que le estaba la ropa, diría que no llegaba a los cincuenta kilos. Ella esperó a que se calmase, estaba hiperventilando, llorando, mientras golpeaba el suelo maldiciendo su suerte.  Sonya le apuntó, para llamar su atención, accionó la corredera de un modo teatral y ruidoso:

—¡¿Qué coño acabas de hacer?! ¡¿Me explicas que mierdas estabas pensando para hacer eso!?

El superviviente, se incorporó. Sonya descubrió un rostro demacrado por las penurias y el hambre, la barba apenas dejaba entrever los rasgos de aquel hombre más allá de las lágrimas de sus ojos y el amarillo de sus dientes.

—Era mi hijo, ¡era mi hijo…! —Repetía casi sumido en la locura— No vi otra opción…preferí acabar yo con su vida…pero…pero cuando me iba... cuando... ellos me quitaron el arma y sólo me quedaban las bengalas…¡Beeeeen! —Grita entre lágrimas— ¡Lo siento! Lo sient…
—Me importa una mierda lo jodidamente asustado que estuvieras. No quiero escuchar nada de lo que tengas que decirme. Quítate la ropa y dame tu mochila.
—¿Qué?
—¡Que te quites la puta ropa y me des tu jodida mochila! ¡Todo lo que lleves encima! ¡Vamos!
—Pero, yo no te he hecho nada…por favor.
—Ni lo podrías hacer, empieza a desnudarte ya.
—Ten piedad…mi hijo acaba de morir… —Cliff, que hace unos segundos comenzaba a calmarse, le volvían a brotar las lágrimas y su alma terminó de desmoronarse—.  ¿Qué se supone que voy a hacer?
—A mí no me lo preguntes, la lástima es que mataras al crio antes de que yo llegara. Va a ser imposible salir en unos días para recuperar sus cosas. No me mires con esa cara de corderito abandonado. ¿Es que no te has dado cuenta que todo se ha ido a la mierda? ¿Piensas que queda algo bueno en este mundo? ¡No! Yo sólo pienso en sobrevivir y tú me vas a ayudar.

Sonya recogió la mochila de Cliff y su ropa. Él, ya de por sí desolado por la muerte de Ben a sus manos, se encontró en la peor situación que jamás llego a imaginar, mientras que la mujer, que hace tiempo perdió todo vestigio de humanidad, lo obligo a arrodillarse:

—Como muevas un sólo músculo, te mato aquí mismo. —clavó su mirada unos instantes en los ojos de Cliff.

Tras rebuscar en las cosas de Cliff, Sonya encontró víveres, munición de pistola y algunas cosas útiles como una linterna, yesca y pedernal, aceite y un mapa de la ciudad con marcas y notas. Después de acopiarse de lo que podía sacarle provecho, tiró el resto delante de él, sacó un pequeño bote con gasolina para mecheros y lo roció todo. Su mirada se transformó en hielo, miró a Cliff  sin compasión alguna, apuntó a su huesudo pecho y disparó. El cuerpo cayó envuelto en llamas sobre la pila de lo que antes eran sus cosas y ardieron juntos.

Sonya no perdió tiempo en sentimentalismos y regresó a su escondite a dar buena cuenta de su botín. Cuando por fin ordenó todo, se metió en el saco de dormir, para  darse el merecido descanso que tantas horas llevaba esperando.

Comentarios

  1. Tal cual, sin piedad. 🤦‍♂️👍😋

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    1. En este mundo cruel, la piedad, está tan extinta casi como lo está la humanidad. 🤷‍♂️

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  2. Pufffff chiquita armada! Cliff no podía haber salido peor de la situación. Creo que la muerte hubiese sido más compasiva o menos dolorosa... pero una cosa... ¿este no será el final no? Sigue contandonos las desventuras de cliff ��

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    1. Me temo que del pobre Cliff poco vas a leer, habiendo muerto al final del relato. Sí que estoy decidido a contar más cosas acerca de este mundo que he creado, pero a estas alturas, nuestros dos amigos han pasado a mejor vida.

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  3. Cuando leí la primera parte y tras ese inconcluso desenlace pense que había esperanza y alguien acudiese a ayudar a nuestros personajes. Ahora veo que no... Tan duro y cruel como la realidad que nos espera.

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    1. Sin duda alguna. El mundo puede ser una colorido jardín o la peor de las pesadillas. Espero que, la próxima vez, la pluma se incline por la esperanza. Un saludo! 😉

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